5 días en París

-Nunca había visto un despliegue mediático como este.

-Yo solo una vez. En el entierro de Lady Di.

Quien contesta a mi comentario inicial es Carme Chaparro, presentadora de Tele5. Es martes 17 de noviembre y estamos en la sede de BG TV, una productora que tiene su oficina a 100 metros del Arco del Triunfo de París y  hace las veces de corresponsalía de ETB en la capital francesa. Lo que Carme no sabe -y yo tampoco- es que solo unas horas más tarde, estando ya en el aereopuerto a punto de facturar su maleta para volver a casa, una llamada de teléfono le va a hacer volver a París. Un centenar de policías de las fuerzas especiales han sitiado la localidad de St Denís en busca del presunto cerebro de los atentados del viernes 13 y los informativos vuelven a acaparar horas y horas de programación.

Han sido, están siendo, días muy convulsos para el oficio. Esta es una pequeña crónica de cinco jornadas en el distrito 11 de París.

Domingo 15 de noviembre 

Llevo dos días colgado del Twitter. Definitivamente es LA HERRAMIENTA para seguir crisis como la del viernes por la noche. Varios colegas de la prensa escrita me han reconocido que la noche de los ataques llenaron muchas páginas gracias a Twitter. De todas formas, la TV sigue siendo EL MEDIO. El avance de 20 minutos que hizo Antena 3 a las 23:30 del viernes fue lo más visto del día en Euskadi. Evidentemente ETB tenía que haber hecho al menos algo parecido.

Son las 7 de la mañana. Vuelo desde Biarriz. Voy con tiempo por los controles que espero encontrar en Biriatou. Efectivamente, nos paran dos veces. La primera,  la Ertzaintza. Es un control de alcoholemia a la salida de peaje de Irún. Me dan ganas de decirle al ertzaina que, en teoría, los yihadistas no prueban el alcohol pero me ahorro el sarcasmo no vayamos a liarla. El segundo control es de los gendarmes en Biriatou. Comprueban la documentación y seguimos en apenas dos minutos. Ninguna medida excepcional en el aereopuerto labortano. Despegamos con puntualidad y a las 10:15 aterrizamos en París. Hace un día esplendido. El taxista no es muy hablador y acompaña su respuesta de una mirada de desdén a través del retrovisor

-Muy poco tráfico…¿no? ¿Es normal a  esta hora?

-No señor…, en absoluto.

El hotel es cutre y la habitación huele a silicona pero está fantásticamente ubicado. Tiro la maleta, me maquillo y en menos de 10 minutos ya he enfilado el boulevard Voltaire. Subo hacia la place de la Republique. He visto en Google Maps que Bataclán queda a medio camino pero he pensado que tendré que preguntar. No me hace falta. Al final de la calle ya se ven las primeras «paelleras» (unidades móviles )

En torno a Bataclán hay un perímetro de seguridad de casi 200 metros. La zona acordonada conforma un gran triángulo que ha obligado a cerrar una estación de metro y varias calles. Cuento 10 puntos de directo en cada esquina y  tengo que llamarle a Xabier Madariaga para encontrar el mio, una  paellera de la UER con la que voy  a entrar en directo en un par de horas. El sol calienta y cientos de personas se agolpan en torno a los jardines cercanos a Bataclan, jardines que nunca vieron tantan flores como este día. IMG_20151118_160910

El silencio es, literalmente, sepulcral. Incluso da reparo hablar en tono fuerte por teléfono. Esta vez no vamos a tener problemas de ruido para escuchar lo que nos llegue por la orejera.

El punto de directo es tranquilo. Está justo delante de uno de los improvisados altares de flores que crecen y crecen a medida que la gente vence el miedo y se anima a acercarse a la zona de los atentados. Yo voy detrás de los griegos y los portugueses y tengo más a la izquierda a los americanos de la CNBC. No hago un directo brillante, ni mucho menos. Un refrito de lo que he leido por el camino, dos pinceladas de lo que he visto, una faena de aliño… Desde Bilbao me preguntan por la marcha de la investigación. !Qué les voy a decir si he llegado hace dos horas! IMG_20151115_135851

La verdad es que hay algunos detalles que no encajan en el relato policial que se ha hecho hasta ese momento. Se habla de un coche abandonado cerca de St. Denís con tres fusiles de asalto dentro pero no se hace ninguna referencia a la ruta que ha podido seguir o al número de sus ocupantes. Se ha difundido la imagen de uno de los presuntos terroristas y se asegura que alquiló en Bélgica el Volkswagen Polo que llevó a los yihadistas a Bataclán. Se le busca por toda Europa. Pero, ¿nadie busca a los del otro coche, un Seat León negro? ¿no saben cuántos son? ¿hay huellas o adn en las armas? ¿se han usado? . Busco información. Ni una linea. Nada. La verdad es que hay mucha confusión y un enorme control de las imágenes. Ya pasó el 11-S.  Hasta el ministerio de exteriores se columpia y da por muertos a dos españoles que están vivos. Todos los medios seguimos la ola y los matamos también para resucitarlos a las pocas horas. El marrón se lo come Madariaga porque a él le ha tocado el directo de la morgue. En fin…

Vuelvo caminando hacia el hotel para, auque sea, abrir la maleta. Ya ha anochecido. Pongo la televisión justo a tiempo para ver en directo la estampida humana que se monta en la plaza de la República cuando el estallido de un foco de una TV se confunde con una explosión. Es impresionante. El efecto es como el de las explosiones nucleares que tantas veces he visto en el cine. Una onda expansiva imparable. La gente empieza a correr en todas direcciones. Días más tarde la artista Esther Ferrer -que vive a kilometro y medio de la plaza- me contará que la gente llegó corriendo hasta su barrio sin saber de qué huia. Miles de personas que  en su carrera contagiaban a más y más personas. La manada, el rebaño, la estampida humana. Impresionante la imagen de los policías apoyados espalda contra espalda, en la boca del Metro,  con las pistolas en la mano gritando a la gente que se mueva para tratar de ver qué ha podido provocar el ruido que ha desencadenado todo esto. Una policía con chaleco antibalas empuña a la vez su arma y su linterna y apunta con su arma a alguien que queda fuera del encuadre de la imagen. Le grita que se mueva de donde está. Al parecer le obedece porque acaba bajando la pistola. !Qué sangre fría y qué peligro de que alguien armado deje escapar un disparo y todo se descontrole! En Twitter ya se empieza a hablar de tiroteo. Rápidamente escribo lo que he visto. No hay tiros, solo pánico. Toda la escena me hace comprender que los yihadistas han matado a 129 personas pero además han sembrado el veneno más potente que existe: el miedo. Me acuerdo de los tiempos del miedo en Euskadi y pienso que en este preciso instante muchos millones de personas están sintiendo algo parecido en París. Es terrible. La estampida remite y la gente vuelve a ocupar la plaza. Toda la escena la he visto en directo por BFMTV, una cadena francesa de «todo noticias» que ha sido, para mí, el gran descubrimiento de este viaje periodístico

Vuelta al punto de directo. Afortunadamente la temperatura es inusualmente alta para esta época del año. Doce grados. Chaqueta, bufanda y poco más. Por la noche las velas hacen todo aun más triste. El ambiente sigue siendo de un profundo abatimiento. Mientras hacemos nuestras crónicas, a nuestra espalda, hay gente llorando a sus conocidos, amigos o familiares. IMG_20151115_204808

Al terminar los directos el grupo de WhatsApp que ha creado Xabier tiene abierta una convocatoria para cenar juntos en la place de la Republique. Ander Arzak, Mikel Rotaetxe, Xabi Madariaga, Ane Irazabal y yo, que me siento un poco abuelo de esta generación de fenomenales periodistas. Hago tiempo en la salida del metro de Republique donde, tras la estampida de la tarde, la gente ha  vuelto a concentrarse, trayendo velas, flores y mensajes. Tengo la misma sensación que cuando llegué a la estacion de Atocha en Madrid unos días después del 11-M. Cuánto dolor inocente, cuánto sin sentido, cuánto miedo.

LLegan los compañeros. Dónde cenar es lo de menos. Parece mentira lo que reconforta una buena compañía, un plato de pasta y una jarra de cerveza. Cenamos hablando de la familia, el periodismo y la vida. Y de «la casa», tan revuelta. Me gusta escuchar a estos jóvenes. A Xabi y a Ander se les veía madera desde el primer día. A Mikel tengo el gusto de conocerle en ese momento. Savia nueva. A las 23:30 toca retirada.

Lunes 16 de noviembre

 A las 8:30 ya estamos en marcha. Es día de labor. Han abierto colegios y transportes. Antes de desayunar me doy una vuelta por el barrio. Las caras de los padres saliendo de los portales con los niños de la mano camino de la escuela son un poema.  Los más pequeños parecen ajenos a lo que está pasando pero cuando llegan a la esquina y se la encuentran inundada de flores empiezan a hacer preguntas. Un padre  tira de su hijo mientras el niño avanza con la cabeza vuelta hacia las velas y los ramos. Se me hace un nudo en el estómago.

Se me va media mañana intentando contactar con perioditasde Le Monde Diplomatique que sepan castellano para un reportaje de Minuto a Minuto. Mala suerte. El veterano Ignacio Ramonet está en Madrid y un redactor jefe que podría ayudarnos no concede entrevistas. No tengo tiempo para más . A las 12 del mediodía todo París se va a detener en un minuto de silencio y quiero seguirlo en la Place de la Republique desde donde entraré en directo con Overon para Gaur Egun y Teleberri. Bueno…y para en En Jake…y para Sin Ir Mas Lejos. Esto es así.  Republique

La foto me la hace Cristina Amblar, productora de Overon y buena amiga a la que no veía desde hacía muchos años, cuando ella era cámara de Canal Nou en Madrid y yo corresponsal de ETB. Un crack, Cristina.

Vamos detrás de La Sexta, justo después de Helena Resano. Los directos, para olvidar. Una señora fuera de sí gritando a medio metro me descentra en Gaur Egun y el retorno de audio me llega con 3 segundos de retardo en la portada y arranque de Teleberri. Salvo los muebles y me recompongo para, al menos, cerrar la conexión con un poco más de empaque. IMG_20151116_140747Cosas del directo, sí, pero joden cuando uno lleva muchas horas de trabajo encima. Para el que lo ve desde casa la sensación es muy diferente. Ese titubeo, esa duda, para el espectador es probablemente irrelevante pero para el periodista resulta desazonador. Lo mejor, lo tengo claro, es ver la grabación cuanto antes para relativizar el cabreo y pasar página. Lo haré cuando llegue al hotel. En la plaza, el suelo esta lleno de mensajes a favor de la libertad y en recuerdo de las víctimas y al pasar por Bataclan, levantado ya el grueso del cordón de seguridad, veo a varias mujeres con el velo musulmán rezando en silencio y me emociona una pancarta colgada sobre la fachada de la sala de conciertos:  «La libertad es un monumeto indestructible» . Relativiza, Etxebe.  Lo nuestro es solo trabajo.IMG_20151116_162004

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A la noche el despliegue de televisiones es el mayor que yo recuerdo. Cuento más de 40 «paelleras». Cada una da servicio a unas 6 televisiones asi que tenemos a varios millones de espectadores siguiendo lo que estamos contando desde este céntrico enclave parisino. Cada cual hace alarde de los medios de que dispone. Los americamos, como siempre, tienen de todo…focos especiales, maquilladores, peluqueros, teleprompter…asi cualquiera! IMG-20151116-WA0004A mi izquierda los italianos de la RAI tampoco se quedan cortos y tiene retorno de video para «clavar» los off.IMG_20151116_203717

Terminamos justo cuando empieza a llover. Reventado. Hoy no hay convocatoria en el grupo de WhatsApp. Cena solitaria en una esquina de la plaza y retirada.

Martes 17 de noviembre

La mañana la dedico a un repor para Minuto a Minuto. Quedo a las 10:00 con mi cámara. Un fuera de serie. Portugués, 55 años, vive a caballo entre París y Montreal. Aparece cargado con cámara, trípode, foco de luz fría, tripode para el foco y mochila. Parece un marine. Le explico lo que quiero hacer, me entiende a la primera y no pone una pega. ¡Cómo se agradece esa actitud!. Grabamos por todo París un reportaje con Ramón Lazkano y Esther Ferrer, dos vascos parisinos de adopción que me trasladan sus reflexiones sobre lo ocurrido. Como siempre, acabaré echando en falta más tiempo del que el guión me asigna para contar lo que ellos me contaron pero…la tele es así. Cuatro minutos es una eternidad pero a mí se que hacen cortos.

Las imagenes hay que enviarlas desde la corresponsalía. Está en la otra punta de París. En el trayecto de metro, 40 minutos, voy apuntando los codigos de tiempo con los extractos mas aprovechables de las entrevistas. Luego, al hacer la conversión de formato para enviar el material, los TC ( Time Code) se perderán y tendré que volver a empezar. Para la siguiente no me volverá a pasar. Queremos enviar cuanto antes pero hay que dar prioridad a los directos de Ane y Xabi y al material de sus videos.Toca esperar. Mis compañeros de Minuto a Minuto aguardan  las imágenes. Uff…¡cómo desgastan estas situaciones!. Hago tiempo hablando con Carme Chaparro y su compañera de producción que, amablemente, me deja que me «aproveche» de la maquilladora francesa que han contratado. Los pequeños,  en estas batallas,  andamos así, pidiendo favores.

Vuelvo al hotel para descansar apenas una hora. Los directos de la noche los tengo desde Le Carrillon, uno de los restaurantes tiroteados. Cae una fina lluvia pero los chicos de Overon, de nuevo con Cristina, han abierto una carpa que nos protege. Ha enfriado bastante. El directo de Gaur Egun tiene que ser breve porque hay baloncesto y el informativo es más corto. De fondo, la fachada del restaurante. Han pasado 4 días pero la gente sigue muy tocada. Una pareja se abraza y la imágen me hace recordar una foto que saqué hace 13 años en Nueva York, junto a la Zona 0, en el primer aniversario del 11-S. Trece años, miles de kilometros, un océano de por medio…pero los mismos asesinos y el mismo dolor.

La anécdota del día nos la deja uno de los operadores de la unidad móvil. Han colocado la UM en la acera de enfrente de Le Carrillon, junto a la pared de un aparcamiento al aire libre. En el muro de arenisca hay marcados con pintura de la policía  varios impactos de las balas rebotadas del tiroteo  contra Le Carrillon, ataqueen el que murieron 11 personas. Entre el directo de Gaur Egun y Teleberri se me acerca el operador con un destornillador y el smartphone en modo «linterna» encendido. En la otra mano trae un pequeño objeto.

-Mira.

-Qué es eso?

-Una bala

-No jodas.A ver… No creo…no está aplastada.

-Es que estaba aquí dentro, en el muro de arenisca. La acabo de sacar con el destornillador. Me he puesto a mirar con la linterna en los agujeros y he visto algo que brillaba. Y en el de al lado hay otra.

-Joder, tio…me dejas flipado.

-Es que  colaboro con un grupo de memoria histórica y he sacado muchas de los paredones de los pueblos en Andalucía.

-Pues creo que nos toca hablar con los gendarmes.

No hay que ir muy lejos. A 10 metros unos gendarmes nos miran con indisimulada sorpresa cuando les explicamos en nuestro limitado francés que hay, por lo menos, dos proyectiles sin retirar en el muro. Cogen la bala, la guardan en una bolsita de plástico como las de CSI, se la llevan y llaman por radio. No sé más. Termino el directo y me voy a cenar. En la mesa de la derecha dos periodistas americanas, una traductora simultanea especializada en catástrofes y un chico…de Bilbao. Son encantadores pero yo estoy para el arrastre. Retirada a una hora prudente…y menos mal. Mañana último día.

Miercoles 18 de noviembre

Me he despertado porque al darme la vuelta en la cama he aplastado el mando a distancia y he encendido la tele sin querer. No me puedo creer lo que estoy viendo,  todavia con un ojo abierto y otro cerrado. St Denis. A 10 kilometros de mi hotel. Militares en la calle, transporte cerrado, un edificio sitiado. Hablan de 3 terroristas atrincherados y de una mujer que se ha inmolado. !Por favor, es un calco de Leganés tras el 11-M!

A esa hora a los compañeros de Tele5 les están llamando para que no cojan el avión y vuelvan a París.  Xabi ha salido ya para St Denís. Tiene lógica porque yo ya he avisado de que -en la medida de lo posibe- solo me pongan directos por la mañana porque a la noche tengo que entrar en Minuto a Minuto. En el fondo me alivia no tener que ir a St Denis sobre todo por no alarmar a los de casa. Me quedo de nuevo en La Republique.

De camino veo reabierto un bistrot cuyo dueño murió el viernes. La gente toma café junto a las flores que lo recuerdan. Más que un desayuno es un homenaje.IMG_20151118_161414

Mi último directo en la place de la Republique va bien. Entre Gaur Egun y Teleberri vivimos un momento…bueno, un momento. Estamos esperando para entrar cuando por la calle que sube desde Le Carrillon a La Republique aparece un hombre con la cabeza rapada,  cubierto con un gorro arabe y vestido con una chilaba blanca. En una mano lleva un Corán abierto y en el hombro una mochila negra. Camina hacia la plaza despacio, con mucha calma, leyendo el libro a traves de unas pequeñas gafas metálicas redondas. Viene directo hacia nuestra posición. El cámara que me enfoca, un chico español, se da cuenta de que estoy mirando a alguien y se da la vuelta. Me mira, mira otra vez al transeunte, y me vuelve a mirar. Evito deliberadamente al hombre que se acerca y me centro en la camara. Él pasa a medio metro y sigue su camino cruzando toda la plaza, leyendo su Corán, como, probablemennte habrá hecho cientos de veces. Lo vemos alejarse. Me relajo. Para qué negarlo. Yo estaba acojonado. La frase del cámara no puede ser más acertada:

-Con dos cojones, el tio.

De vuelta al hotel entro por teléfono en Azpimarra (ETB1) , con Iban Garate y Maddalen Iriarte. La última hora es el hallazgo en una papelera frente a Bataclan de un movil usado por los yihadistas. La noticia la había adelantado la noche del martes la CNN y la amplia el miércoles el Washington Post, el mismo periódico que esa misma noche informará en exclusiva que entre los muertos de la operación de St Denis está el presunto cerebro de los atentados. Eso son fuentes y lo demás son chorradas. Lo de que el móvil apareciese el martes no se lo  cree nadie. Imagino que cuando se pueda, alguien explicará cuándo apareció y qué información ha aportado.

Me toca terminar frente al Arco del Triunfo con un directo para Minuto a Minuto. Vuelvo a coincidir con Tele5 y Chaparro cita al Washington Post en su portada. Buen criterio. Yo hago lo mismo. Al día siguiente lo confirmará el gobierno francés.  La franja de 15 minutos de satétile se acaba antes de que pueda despedirme pero al menos no nos vamos a negro porque tenemos en el aire el repor con Lazkano y Ferrer. He terminado El metro cierra a las 00:00 y tengo 40 minutos de viaje. mas

Fin a 5 días intensos, 5 días en los que cualquier periodista habría querido estar donde yo he tenido la oportunidad de estar. Una vez más me siento un privilegiado. Hoy escribo desde la comodidad de mi casa mientras veo a Xabier Madariaga en el mismo punto de directo que yo dejé el miércoles y con el mismo entusiasmo que en su primera crónica.  Es un orgullo trabajar con gente como él y como Ane Irazabal. Tampoco puedo olvidarme de Olatz Arrieta que se ha comido ella solita todo el movidón de Bruselas. Es gente a la que hay que cuidar. Periodistas con todas las letras.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Acerca de JUAN CARLOS ETXEBERRIA

Periodista vasco. Trabajo actualmente en los servicios informativos de Euskal Telebista (ETB) como presentador del informativo Teleberri 2.
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Una respuesta a 5 días en París

  1. Gran post, Juan Carlos. Ederra, benetan, Da gusto leerlo. Imprescindible para todo el que quiera saber cómo se trabaja REALMENTE a pie de campo en ese tipo de situaciones. Zorionak!

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