Entrevista Olatz Simon (2)

Habíamos dejado  a Olatz Simón en una de las jornadas más complicadas para los periodistas que cubrían los disturbios de El Cairo.

-Me cuentas que tu últimas horas en la ciudad fueron de auténtico infarto. ¿qué pasó?

-Como te decía  entre el martes  y el miércoles, los días 2 y 3 de febrero, los partidarios de Mubarak extendieron el bulo  de que todos los periodistas eramos poco menos que agentes  extranjeros y que íbamos armados. El mensaje caló entre la gente o al menos entre alguna gente y ya el miércoles por la noche vimos cosas que no habíamos visto en las inmediaciones del hotel.

-¿Por ejemplo?

-Por ejemplo gente haciéndonos el gesto de «os vamos a degollar» o decenas de manifestantes partiendo adoquines frente al hotel para aprovisionarse de piedras que utilizar contra nosotros.

-Y el jueves la cosa fue a peor

-El jueves pasó de todo. A Rosa Molló la volvieron a atacar. Llegaron a sacarla del coche. Vimos llegar a varios periodistas sangrando…Se vio desde primera hora. Como cada día a las 07:00 salí del hotel y no había recorrido más que unos metros cuando se me acercó un seguidor de Mubarak con un palo en la mano. Venía a advertirme que no cruzase la calle. Me lo dijo muy educádamente en inglés «No cruces. No sabes qué puede pasarte» Vi que la cosa iba muy en serio, me dí la vuelta y me metí al hotel. Desde allí envié las crónicas de radio.

 Cuando llegó la hora de los directos para la tele me dispuse a salir a través del parking interior hacia el edificio contiguo pero en esas llegó el productor de Overón y nos contó que habían entrado varios hombres a por ellos,  a quitarles las cámaras. Los egipcios de la productora de El Cairo los metieron en un cuarto y les mandaron guardar silencio mientras trataban de evitar que los pro-Mubarak los encontrasen. En cuanto pudieron, salieron del edificio dejando dentro material valorados en miles de euros. Te estoy hablando del edificio contiguo al hotel, desde el que habíamos hecho casi todas las conexiones.

-Por eso las crónicas de ese día las haces por webcam…Nos contaste que el hotel estaba literalmente rodeado…

-Así fue. Los responsables del hotel tuvieron que forrar las ventanas con tablones de madera.

-Como ante un tifón…

-Y vinieron habitación por habitación a decirnos que el que sacase una cámara a la ventana, lo expulsaban del hotel. Estaban muy nerviosos porque cada vez había mas gente fuera. Querían que nos fuésemos. A mí se me acababa la reserva y bajé a alargar mi estancia una noche más. «Lo siento, no hay habitaciones» , me dijeron. Yo les dije que eso no era posible y me respondieron que esa tarde llegaban «200 turistas» que tenían reservada su estancia. Evidentemente era mentira. Un  periodista madrileño que trabaja para un periódico mexicano y que me acompañaba le dijo entonces «de acuerdo, entonces en mi crónica citaré como fuente al hotel Hilton cuando diga que esta tarde llega a El Cairo un contingente de 200 turistas en medio de la protestas». El «recado» surtió efecto y al menos nos dejaron reubicarnos en habitaciones de compañeros. Pero la cosa se puso peor y decidimos hacer piña y meternos todos en una habitación.

-Todos…¿cuántos?

-Quince. Gente de Antena 3, La Sexta, Tele 5, Intereconomía, Overon, El Mundo…

-!Quince¡

 -Sí, pero no para quedarnos allí sino para tratar de estar juntos y decidir juntos si marcharnos o no y, llegado el caso, cómo hacerlo. Hablamos con la embajada española y les explicamos lo que estaba pasando. Fuera se oían tiros. Nos ofrecieron enviarnos coches para trasladarnos a la embajada. Queríamos actuar todos a una pero no hubo acuerdo entre nosotros. Alguno decidió que se iba  (Overón) y otros que nos quedábamos.

-Pero sin Overón no teníais directos…

-Hay veces que preparas las cosas durante semanas y no salen; otras veces lo organizas todo en el ultimo momento y suena la flauta. Se nos ocurrió probar el software del programa «Hora GMT» de  ETB-2  y funcionó. Hicimos los directos por webcam. En realidad estaba mas que justificado porque una de las noticias del día era precisamente esa: que los periodistas no podíamos salir del hotel. 

-Pero en Gaur Egun no entrasteis…

-Es que cortaron Internet… pero volvió para Teleberri.

-La cronica da miedo…

-Era muy consciente de ello, por eso la insistencia de «estamos bien, estamos bien». Quería tranquilizar a mi familia.

-Por lo menos lo intentaste…Vaya directo, ¿no?

-Y está hecho en la habitación de los periodistas de la que te hablaba antes. En ese momento tenía a 10 personas a mi alrededor.

-¿Y qué pasó después?

-Por la tarde la situación empeoró. Bajamos todos al lobby del hotel y Overón vio la oportunidad de salir montándose en un tanque del ejercito.

 

¡Salieron del hotel en tanque! Para cuando me di cuenta ya se habían ido Antena 3 y Overon.  Esa noche decidimos entrar por teléfono.  Después hablé con Mikel Ayestaran que había conseguido establecerse en otra zona de  la ciudad más segura. El se iba a quedar pero nosotros no podíamos seguir allí, a 400 metros de la plaza Tahir, en aquellas condiciones. Decidimos que nos íbamos al día siguiente. Yo maldormí esa noche en la habitación de los de la Sexta.

-¿Ycómo salisteis?

-Contactamos con un taxista egipcio para salir del hotel el viernes a las 7 de la mañana. Nos montamos la productora  de la Sexta, su cámara y yo.  Optamos por dejar en el hotel todo lo que nos identificase como periodistas. Teníamos que parecer turistas. Los de la Sexta incluso dejaron la cámara en recepción para que -cuando la cosa se calmase- alguien fuese a recogerla.  Abandonamos hasta los carnets de periodistas. Salimos sin problemas del edificio pero no tardamos en encontar un check point de los pro-Mubarak. Los identificamos rápidamente porque algunos tenían ropa de policía. No el uniforme completo pero si algunas prendas. Se arremolinaron en torno al coche cunado vieron que eramos extranjeros y nos hicieron bajar. Nos pidieron los pasaportes y que abriésemos la maleta. A mi se me acercó un tipo con un cuchillo en la mano y me dijo que le abriese la Troley. Yo me puse nerviosa y le dije que la abriese él. Entonces el que se acojonó fue él. Empezó a gritarme y yo me moría de miedo. Fueron 10 minutos terribles. Todos exaltados, todos gritando y nosotros diciendo «somos turistas, somos turistas» . Al final, nos dejaron pasar.

-Tremendo…

-Espera, espera…porque apenas reanudamos la marcha llegamos a otro check point y allí el ambiente era peor. Todos armados con palos y la misma ceremonia. Bajar, pasaportes, maletas… y entonces yo me doy cuenta de que en uno de los bolsillos del equipaje llevo un cubilete con el logotipo de ETB , un cubo de esos de los que se ponen en lo micros…

-¿Y qué hiciste…?

-Pues con todo el disimulo posible coger aquello y esconderlo no te diré donde. Mientras tanto a los de la Sexta les habían encontrado el teléfono de satélite y les obligaron a ponerlo en árabe para leerles los mensajes. Por suerte todos eran del tipo «suerte, volved pronto» ; nada que no identificase como periodistas.

-Asi que buscaban periodistas…

-Si, hasta el punto de que a mi me hicieron abrir el Notebook y me gritaban «Finalcut, Finalcut» que es el nombre del programa de edición de video por ordenador que utilizan la mayoría de los enviados especiales. En el Notebok no se puede editar (le falta potencia) pero a ellos alguien les había dicho que buscase Finalcut en los portátiles para identificar a los periodistas.

-¿Cómo acabó aquello?

-No se creían que fuésemos turistas. No eran tontos. Ya te digo que en los check points había mucho policía vestido de civil. Se fijaron en que nuestro sello de entrada del pasaporte y nos hicieron notar que habíamos entado en Egipto una vez empezados los disturbios. Nosotros hicimos como que no entendíamos y nos inventamos yo qué se que historia.

-Y…

-Y nos dejaron pasar…bueno…al final hubo otro momento tremendo porque cuando estábamos arrancando, otra vez se pusieron como locos y nos hicieron parar de nuevo. Fue uno de los peores momentos; todos gritando. De repente, levantaron la barrera y salimos pitando. Yo, en medio de la autopista, a 120 por hora, bajé la ventanilla y tiré el cubilete de ETB pensando ya en el siguiente Check point. La verdad es que no lo hubo.

-Ese fue el final de la aventura…

-Cogimos un vuelo a Madrid y sin problemas. Luego Mikel Reparaz me contó que Ayestarán había conseguido sitio en el hotel Mariott, en una zona más segura.

-Esta no se te va a olvidar el resto de tu vida.

-Pues no. Y eso que si algo hemos sido ha sido prudentes. En ningún momento hemos arriesgado. Yo estaba  muy cerca de la plaza y en los días de más peligro  he tenido la tentación de arriesgarme a salir para luego poder decir » yo he estado, yo he visto, yo he entrado»…pero no lo he hecho porque he dado prioridad a la seguridad. Ha sido muy intenso.

-Y que lo digas. Eskerrik asko, Olatz.